Desde que James Sallis entretenía a sus compañeros en el colegio contándoles historias, no ha parado de escribir. Es novelista, poeta, ensayista (no se pierdan la obra Vidas difíciles sobre tres grandes del género negro: David Goodis, Chester Himes y Jim Thompson), biógrafo de Chester Himes, traductor, músico…

En Drive, el personaje principal, Driver (carece de nombre) se gana la vida haciendo de doble en películas de acción conduciendo su coche y, cuando le surge, haciendo de chófer para la banda que le contrate. Él no participa en el golpe, se limita a conducir y a ponerlos a salvo. Sin embargo, ese mundo paralelo que Driver se ha creado dentro de realidad del día a día, se alterará. La novela arranca justo en ese instante:

«Mucho más tarde, cuando se sentó con su espalda contra la pared de un Motel 6 al norte de Fénix, observando el charco de sangre que se movía hacía él, Driver se preguntaría si había cometido algún error espantoso. Ya era tarde, por supuesto, no había duda. Pero para Driver, como dicen, era su momento. Y el momento incluía esta sangre que se aproximaba, la presión de la luz del alba en las ventanas y la puerta, los sonidos del tráfico de una interestatal cercana, el sonido de alguien sollozando en la habitación de al lado».

Hasta entonces, cada pocas semanas él ha estado cambiando de habitación en moteles de carretera, sin dejar rastro, sin estar localizable. En unas breves escenas conocemos cómo fue su infancia, quién le enseñó a conducir, cómo consiguió su trabajo en Hollywood… Cómo su agente le deja mensajes en el contestador con los trabajos que le consigue.

Driver se caracteriza más por las acciones que por las palabras que pronuncia. Tampoco sentencia, es el mundo, las decisiones de los otros los que le ponen a prueba, en más de una ocasión, de forma macabra o por ironías del destino. 

«La vida nos envía mensajes todo el tiempo —luego se sienta y se ríe viendo cómo no vamos a ser capaces de interpretarlos correctamente»

Driver está solo y sabe que solo puede vivir solo. Más de un crítico ha señalado a El extranjero de Camus como una de las influencias más notables del personaje de Driver, pero Sallis no le deja irse a la deriva, tiene claro su rumbo y su objetivo final.

Es una novela corta, con capítulos tan cortos como rápida es la conducción de Driver. Se alternan entre el tiempo presente y el pasado. En esos saltos uno va conociendo las personas que se han cruzado en la vida de Driver y, al mismo tiempo, ha de lidiar con el mafioso que ha enviado a esos dos matones a por el botín que lleva Driver en un bolso. Será una lucha sin cuartel, sin respiro en el que unos cupones de pizza, que Driver ha encontrado en el bolsillo de uno de los asaltantes, servirán de hilo conductor en su búsqueda del restablecimiento de la paz de su vida anterior. Paradójicamente con una violencia descarnada y omnipresente en muchas escenas. 

Como curiosidad, en su papel de doble de cine, hay referencias cinematográficas a Mad Max y un guiño a escritores que Driver ve en un expositor: «Cerró el libro y lo puso en la mesilla. Allí se sumaría a otros escritos por Richard Stark, George Pelecanos, John Shannon, Gary Philips, todos ellos de la misma tienda en Pico donde horas después damas de todas las edades llegarían cargadas de libros de romántica y misterio y las cambiarían dos por una» o la comparación del apartamento de Driver con la de un clásico de la novela negra «Dios mío, estamos en una película de los cuarenta (…) ¿En qué apartamento vive Marlowe?».  Es una persona meticulosa «siempre seleccionaba su propio coche», pagaba en efectivo y se llevaba el coche que había comprado a que le hicieran los arreglos necesarios y lo pusieran a punto. Luego, lo guardaba hasta el siguiente golpe. En toda esa ilusión de control y planificación se van colando las reflexiones de Sallis por boca de Driver:

«Hay cosas que no salen bien en un trabajo, a veces comienza tan sutilmente que lo ves al principio. Otras veces, es todo como un dominó y fuegos artificiales» 

La novela fue llevada al cine en 2011. Su director fue Nicolas Winding Refn y el papel de Driver corrió a cargo de Ryan Gosling. No les costará imaginarse a Driver con su rostro después de ver su actuación, expresando todo sin palabras, silencios intensos y unos pocos gestos. No se llevó ningún Óscar, sí el Premio al mejor director en Cannes. Aún así, en mi opinión, la película es muy recomendable.

Por último, concluyo con que Drive es de las novelas que cuando uno termina de leer, ha de releerla. Hay detalles aquí y allá que en una primera lectura puede pasar desapercibidos, pero que después se disfruta aún más. Un clásico moderno de la novela negra imprescindible. 

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