Paco Ignacio Taibo creó el término «neopolicial» para diferenciarlo de la novela negra norteamericana. Esta novela fundacional es toda una declaración de intenciones. En el primer caso de Héctor Belascoarán Shayne («hijo de un capitán de marina vasco y de una cantante irlandesa de folk») nos encontramos con un ingeniero que ha dimitido de su cargo y, a sus treinta y un años, se ha sacado el título de detective privado por correspondencia. Comparte oficina y gastos con un plomero. Como se imaginarán el lugar que nos describe Paco Ignacio Taibo II es de todo, menos glamouroso: «El despacho estaba abierto al ruido de Pino Suárez; al ruido de las oficinas de al lado, llenas de abogados, empresas fantasmas, pequeños sindicatos charros, un dentista arrugado por el paso del tiempo sin clientes; una distribuidora de cuentos de monitos, un baño excesivamente cercano y oloroso» Estamos en el México DF y el detective recorta las noticias de los periódicos donde se informa de las víctimas de un asesino en serie. Héctor Belascoarán, sin que nadie lo contrate, decide ir a su «caza». Al principio, empleará la lógica ilógica del asesino y luego directamente se guiará por sus intuiciones. En paralelo el asesino establecerá un juego con el detective y el lector dejando mensajes.
La ciudad se nos describe siempre con un tono amenazante, oscuro, impersonal. «La muerte reposaba sobre la ciudad como un halo; un halo suave, incoloro, intangible» o «La ciudad se le abría como un monstruo como el vientre fétido de una ballena, o el interior de una lata de conservas estropeada». Sin embargo, en esa misma ciudad restablecerá contacto casualmente con su hermano, Carlos, quien a su vez le comunicará que su hermana, Elisa vendrá de Estados Unidos propiciando un reencuentro familiar. También por las calles de esa misma ciudad, Héctor Belascoarán perseguirá al asesino en serie, recordará el desamor de su reciente separación y, al mismo tiempo, surgirá el amor por una mujer que lo persigue (¿es la asesina? ¿cazador cazado?)
En esta novela de Paco Ignacio Taibo II se mezcla la intriga, la trama detectivesca y elementos del thriller. No falta la crítica social de fondo, a veces por boca de su hermano, por ejemplo, cuando entre los sospechosos criminales, no duda en aconsejarle: «Cuídate del comandante de la Judicial, que en sus horas libres, las horas que le sobran de golpear estudiantes o torturar campesinos, no se dedique a estrangular mujeres» o cuando critica al propio Héctor Belascoarán Shayne, al que anima a que «si el estrangulador te da tiempo, acércate a las guardias y siéntate a oír un rato lo que dicen los obreros. Ellos también están jugando un juego apasionante; un juego en el que les va no solo su libertad, sino también la nuestra» o otras simplemente describiendo los personajes y ambientes en los que se desarrolla la acción. Paco Ignacio Taibo II es conocido por su activismo político de izquierdas. Sin embargo, la trama y la historia no está al servicio de sus ideas políticas, sino literarias y «Días de gloria» es un ejemplo de una persona que conoce todas las reglas del género negro y se las salta, para crear ese «neopolicial».
Por último, les recomiendo que busquen en Youtube conferencias, encuentros, charlas en los Paco Ignacio Taibo II haya participado. Son de los divulgadores capaces de dar una lección magistral de literatura y, aunque se hablen de crímenes, reírte al mismo tiempo. No puedo terminar esta reseña sin recordar que con este mexicano, nacido en España, estaremos siempre en deuda por haber impulsado la creación de la Semana Negra de Gijón en 1988 y haber sido su director hasta 2012.