Si Carvalho es Barcelona, Montalbano Sicilia, Jaritos Atenas, Fabio Montale es Marsella. Nuestro protagonista es un inspector de policía. Un tanto atípico, pues ha tenido un pasado criminal junto a dos amigos que son casi dos hermanos: Manu y Ugo. Un atraco a una farmacia que no salió como previsto hizo que Fabio jurara cambiar de vida. A la vuelta del servicio militar en Yibuti se hará policía y se distanciará de sus dos amigos y de Lola (hija de inmigrantes republicanos españoles) de la que están los tres enamorados. Izzo nos irá desgranando estos episodios de su vida a lo largo de la novela, en pinceladas. Unas veces con confesiones de Fabio, otras en breves imágenes líricas, nostálgicas, lastimosas de su pasado. Jean-Claude Izzo fue periodista de crónica negra y también poeta. «(Lola) Ella era inaccesible. Tender la mano hacia ella, era como desear atrapar un fantasma. No restaba en la punta de los dedos más que el polvo de la eternidad, este polvo del camino de un viaje sin fin. Yo sabía eso. Porque yo había cruzado una vez su camino. Como por accidente»
La novela comenzará con la llegada de Ugo para vengar la muerte de su amigo Manu. Morirá en el intento. Fabio Montale tomará el testigo e irá hasta el fondo para dar con los culpables de los dos asesinatos.
El inspector de policía se moverá por las calles de Marsella describiendo cómo son sus barrios, cómo se dividen las calles y las gentes: árabes, inmigrantes españoles, italianos, griegos, portugueses… Cómo el racismo, unas veces latente, otras patente domina la sociedad marsellesa. Esto provocará continuos conflictos de los que más de uno intenta sacar partido, especialmente en ese momento de crisis económica. «Cuanto más aumentaba el paro, más se notaba la presencia de los inmigrantes. Y los árabes ¡era como si aumentaran con la curva del paro!»
Durante las pesquisas, desaparecerá Lelia, la hija de un argelino, amigo de Montale. Una veinteañera, a punto de doctorarse, enamorada de nuestro inspector. Esta segunda trama se cruzará con la primera de la muerte de sus amigos. No es la única mujer que se enamoró de Montale, conoceremos a varias, igualmente la imposibilidad del protagonista de mantener una relación estable. «Después del amor, yo volvía al otro lado de mi frontera. En este territorio donde yo tengo mis reglas, mis leyes, mis códigos. Ideas tontamente fijadas. Donde yo me pierdo. Donde yo perdía a aquellas que se aventuraban en él». Su código moral le había impedido tener relaciones con Leila, pero se acostará con una prostituta que le sumergirá en los bajos fondos y no dudará en recurrir a antiguas amantes para extraer información, como la periodista que le ilustra sobre las guerras de mafia, entre la nueva Camorra organizada por Raffaele Cutolo y la «Nueva familia» de los clanes de Volgro y Giuliano.
El título «Total Khéops» viene de un rap del grupo IAM y se podía traducir como «alboroto inmenso». A lo largo de la historia, se olerá Marsella, se oirán versos y canciones y nos admiraremos con Montale de lo bueno y lo malo de la vida, con sus miserias y sus pequeñas glorias. Porque es eso: una novela negra sobre la vida misma con Marsella de escenario. «Fuera tomé el sol de lleno en la cara. La impresión de volver a la vida. La vida verdadera. Donde la felicidad es una acumulación de pequeñas cosas insignificantes. Un rayo de sol, una sonrisa, la colada que se seca en una ventana, un niño regateando una lata de conserva, un aria de Vicent Scotto, un ligero golpe de viento bajo la falda de una mujer…»