George Simenon, a bordo de su l’Ostrogoth, había salido de París con destino a North Cape (Noruega) cuando una rotura le obligó a detenerse en el puerto holandés de Delfzjil. Allí pasó cuatro o cinco días mientras le calafateaban su embarcación. Uno de esos días, en una mesa del café del puerto y «un poco somnoliento, comencé a ver dibujarse la masa potente e impasible de un señor quien me pareció que sería un comisario aceptable. Durante el resto de la jornada, le añadí al personaje unos cuantos accesorios: una pipa, un bombín, un grueso abrigo de cuello de terciopelo. Y, como reinaba un frío húmedo en mi embarcación abandonada, le concedí para su despacho una vieja estufa*»
Esto ocurría en septiembre de 1929. Ese mismo invierno de 1929, Simenon comenzaba a escribir la primera novela en la aparecía su comisario Maigret, se titulará Pietr, el letón. Otros le quitan algo de romanticismo y afirman que no la escribió hasta antes de la primavera de 1930, ya que previamente publicaría otra obra: El castillo de los desaparecidos. Lo cierto es que la octava entrega de la serie Maigret Crimen en Holanda (1931) se desarrollará en el puerto Delfzjil, quizás como homenaje a donde todo empezó.
(*) «La naissance de Maigret» – Simenon (Editions Rencontre, «Œuvres complètes» dirigées par Gilbert Sigaux)